lunes, 9 de julio de 2012

Las canicas rojas

¡Bienvenidos al rinconcito de mi alma!

En esta ocasión os dejo con una reflexión que espero os guste.

Las canicas rojas

Durante los duros años de la Revolución, en un pueblo pequeño de Aguascalientes, México, solía ir al almacén del Sr. Muro para comprar productos frescos.  La comida y el dinero faltaban y el trueque se usaba mucho.
Un día en particular, el Sr. Muro me estaba empaquetando unas papas.  Cuando de repente me fijé en un niño pequeño, delicado de cuerpo y aspecto, con ropa rota pero limpia que miraba atentamente una caja de peras frescas. 

Las canicas rojas

Pagué mis papas pero también me sentí atraído por el aspecto de esas peras.  ¡Me encanta el dulce de pera y las papas frescas!  Admirando las peras, no pude evitar escuchar la conversación entre el Sr. Muro y el niño. 

"Hola Toño, ¿Cómo estás hoy?"
    – "Hola Sr. Muro.  Estoy bien, gracias, solo admiraba las peras, se ven muy bien". – "Sí, son muy buenas.  Cómo está tu mamá?"
    – "Bien.  Cada vez más fuerte". – "¿Hay algo en que te pueda ayudar?"
    – "No Señor.  Sólo admiraba las peras". – "¿Te gustaría llevar algunas a casa?"
    – "No Señor.  No tengo con que pagarlas". – "Bueno, qué tienes para cambiar por ellas?"
    – "Lo único que tengo es esto, mi canica más valiosa". – "¿De veras?  ¿Me la dejas ver?  ¡Es una joya!"  El único problema es que ésta es azul y a mí me gustan las rojas".  ¿Tienes alguna como esta, pero roja, en casa?"
    – "No exactamente, pero casi". – "Hagamos una cosa.  –Llévate esta bolsa de peras a casa y la próxima vez que vengas muéstrame la canica roja que tienes".
    – "¡Claro!  Gracias Sr. Muro".

Peras-Las canicas rojas
La Sra. de Muro se me acercó a atenderme y con una sonrisa me dijo, "Hay dos niños más como él en nuestra comunidad, todos en situación muy pobre.

A Salvador le encanta hacer trueque con ellos por peras, manzanas, tomates, o lo que sea.  Cuando vuelven con las canicas rojas, y siempre lo hacen, él decide que en realidad no le gusta tanto el rojo, y los manda a casa con otra bolsa de mercadería y la promesa de traer una canica color naranja o verde tal vez".

Me fui del negocio sonriendo e impresionado con este hombre.  Un tiempo después me mudé a Guadalajara pero nunca me olvidé de este hombre, los niños y los trueques entre ellos.
Varios años pasaron, cada uno más rápidamente que el anterior.  Recientemente tuve la oportunidad de visitar unos amigos en esa comunidad en Aguascalientes.  Mientras estuve allí, me enteré que el Sr. Muro había muerto.

Esa noche sería su velorio y sabiendo que mis amigos querían ir, acepté acompañarlos.  Al llegar a la funeraria, nos pusimos en fila para conocer a los parientes del difunto y para ofrecer nuestro pésame.
Delante nuestro, en la fila, había tres hombres jóvenes.  Uno tenía puesto un uniforme militar y los otros dos unos lindos trajes oscuros con camisas blancas.
Parecían profesionales.  Se acercaron a la Sra. Carmelita, quien se encontraba al lado de su difunto esposo, tranquila y sonriendo.  Cada uno de los hombres la abrazó, la besó, conversó brevemente con ella y luego se acercaron al ataúd. 

Ataúd-Las canicas rojas

Los ojos cafes llenos de lágrimas de la Sra. Carmelita, los siguió uno por uno, mientras cada uno tocaba con su mano cálida, la mano fría dentro del ataúd.  Cada uno se retiró de la funeraria limpiándose los ojos.  Llegó nuestro turno y al acercarme a la Sra. De Muro le dije quién era y le recordé lo que me había contado años atrás sobre las canicas.

Con los ojos brillando, me tomó de la mano y me condujo al ataúd.  "Esos tres jóvenes que se acaban de ir son los tres chicos de los cuales te hablé. Me acaban de decir cuanto agradecían los trueques de Salvador.
Ahora que Chava no podía cambiar de parecer sobre el tamaño o color de las canicas, vinieron a pagar su deuda.  Nunca hemos tenido riqueza" , me confió, "pero ahora Salvador se consideraría el hombre más rico del mundo".

Con una ternura amorosa levantó los dedos sin vida de su esposo.  Debajo de ellos había tres canicas rojas exquisitamente brillantes. 


 Moraleja de la Inspiracion Canicas Rojas:

- No seremos recordados por nuestras palabras, sino por nuestras acciones.

- La vida no se mide por cada aliento que tomamos, sino por las cosas que nos quitan el aliento. 

- Dicen que toma un minuto encontrar a una persona especial, una hora para apreciarla, un día para amarla, pero una vida entera para olvidarla.

Un abrazo,
Rosa Macías
 

El precio de tener hijos

¡Bienvenidos al rinconcito de mi alma!

En esta ocasión voy a compartir con vosotros/as un reportaje 
que vi por internet y me parecío interesante.

El precio de tener hijos
El precio de tener hijos

Recientemente un artículo decía que el costo de crianza de un niño desde su nacimiento, hasta la edad de 18 años era de $160,140 dólares, para una familia de clase media.

Para aquellos que tenemos hijos, estos números nos llevan a fantasear sobre todo el dinero que podríamos tener ahorrado si no fuera por los hijos.  Para otros, esta cantidad podría confirmar su decisión de no tener hijos.

Pero $160,140 no es una cifra tan grande si la desglosamos, ya que se convierte en: $8,896.66 por año, $741.38 por mes, $171.08 por semana y tan solo $24.44 por día – un poco más de un dólar por hora.

Aun así, se pudiera pensar que el mejor consejo financiero podría ser, "No tenga hijos si quiere ser rico". Y hay personas que están dispuestos a invertir no sólo $ 164,140, sino $ 320,280, $492,420 o más. 
Dinero-El precio de tener hijos
 Pero ¿qué obtienes a cambio de tu inversión de $160,140 dólares?
  • El derecho para designar nombres: el primer nombre, segundo nombre y apellidos.
  • Risitas bajo las sábanas todas las noches.
  • Más amor del que tu corazón puede soportar.
  • Inagotables besos y abrazos de oso.
  • El asombro interminable ante las maravillas de la naturaleza, como son las piedras, los peces, las nubes y las galletas calientes.
  • Señales de la existencia de Dios todos los días.
  • Una mano normalmente cubierta con mermelada para sostener.
  • Un compañero para hacer burbujas, papalotes, construir castillos en la arena, mojarte y divertirte como enano.
  • Alguien para reírse tontamente de uno mismo, sin importar lo que haya dicho el jefe ó como se haya comportado la bolsa bursátil durante el día.
  • Ver prenderse la luz en su mente cuando ellos finalmente entienden algo, como sumar y restar, equilibrarse en la bicicleta, y que Santa no es el verdadero significado de la Navidad.
Familia-El precio de tener hijos

Por $160,140 nunca tienes que crecer: Tienes una excusa para seguir leyendo los cuentos de Peter Pan, ver dibujos animados en la mañana del sábado, ir a ver las películas de Disney y pedirle muchos deseos a las estrellas.

Puedes pegar arco iris, corazones y flores debajo de los imanes del refrigerador y coleccionar flores de tallarines pintados para Navidad, impresiones de las manos en arcilla y tarjetas con dibujos en la parte de atrás para el Día del Padre o de la Madre.

No hay mejor inversión para tus $164,140: Puedes ser un héroe sólo por recuperar un juguete del techo del garaje, por quitar las ruedas de entrenamiento de la bicicleta, por sacar una astilla, llenar la piscina inflable, por llevarlos de caballito, y por adiestrar un equipo de fútbol que nunca gana pero siempre logra como premio un helado.

Consigues un asiento VIP en su historia, para ser testigo de su primer paso, la primera palabra, el primer diente que se cae, la primera oración, la primera vez en la feria, y la primera cita. 

 Consigues ser inmortal.  Logras agregar otra rama a tu árbol genealógico y, si tienes suerte, una nueva lista de activos en tu inversión, llamada "nietos". 


 Obtienes una educación, algunas veces con honores, en: psicología, nutrición , justicia criminal, comunicaciones, Y sexualidad humana, que ninguna universidad del mundo puede igualar.

Ante los ojos de un niño, estás en el mismo escalafón con Dios porque tienes todo el poder para sanar un llanto, espantar los monstruos que están debajo de la cama, remendar un corazón roto, organizar una fiesta y amarlos sin límites, de forma tal que un día, ellos amen como tú, sin tomar en cuenta el costo.


Inmejorable inversión...¿No crees?


Un abrazo,
Rosa Macías